Éste es el color esperanza, refleja equilibrio, expresa quietud, vegetación y frescura.
Si te gusta el color verde, te tenemos buenas noticias, ya que es un color muy versátil y apto para cualquier espacio de tu hogar.
El verde es un color secundario, ubicado en el círculo cromático entre los amarillos y azules, así que cualquier combinación con ellos será acertada.
Se debe tener cuidado, como con cualquier otro color, de no caer en extremos, ya que puede pasar de ser alegre y estimulante a crear apatía y tristeza, así que te recomendamos optar por los tonos más claros, con cierta mezcla de amarillo.
En su tono puro, utilizálo solo para detalles.
Para dormitorios o zonas de descanso el mejor tono es el verde agua, o más inclinados hacia los pastel, ya que son los que aportan más calma.
El verde se sitúa entre los colores fríos, por lo que el contraste más adecuado será con un color cálido, sus complementarios son el naranja y el rojo. Resultará una unión fuerte y llamativa, y a la vez resultará equilibrada y cálida.
Si lo que querés es potenciar la luz, combiná tonos pistacho con blanco, éste resultará muy bien en un cuarto de juegos, áreas sociales o un espacio donde requirás acción.
En el baño es un color muy atinado, ya que este transmite tranquilidad y además frescura. Podés introducirlo con detalles, por ejemplo, los paños, los recipientes para colocar el jabón, champú…
Dependerá de vos el ambiente que querés crear, escogé entre la paleta de verdes. Si querés un área seria, serán tonalidades más oscuras; alegre, irá acompañado de tintes amarillos; o relajante, será mezclado con tintes azules.
Y recordá que cuando hablamos de color no sólo nos referimos a pintar paredes, el color lo podés aportar a través de objetos, y detalles decorativos. ¡En los detalles, está tu escencia!
¡A vivir el verde!
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